Friday, December 15, 2006

Angst



Es lo de querer arrancarse

a un museo

sentir ese ambiente

frío

pétreo

oscuro e intensamente envolvente

es no tenerlo

es padecer

por ya no haberse transformado

en hormigón muerto.

La luz

de un valle

de una ciudad

donde caen los rayos oblicuos

encima

se padece

se arrastran los pies tambaleándose

enfrentando la angst

es que no hay salas

donde resguardarse

sólo inmensas pampas de pasto amarillo

o forúnculos que romper con las uñas,

dejarlos supurar

e infectar.

Se retoma el aliento

la brisa

entra a la garganta

firme aguarda

se aquieta adentro

e insiste poder,

entonces limpia, aquieta

renueva los colores.

Nunca quiso salvar

nunca esperó

sacarse del borde costero

Encierro de milenios.

Thursday, November 23, 2006

Las palmeras también dan miel….

Me da espasmos de terror

indagar

en el dolor

coarrugante de sol

playero.

Mientras el velcro

formado

por mis creaciones nada más

va derritiéndose

va venciéndose

Sobre todo

son los sollozos

Ánimas en pena

desplegados en camas,

en donde he estado penetrada.

Es

la maldad del hundimiento.

En eso que no era mío,

sino de ellos.

Es que de esas veces

¿de esas?

Muchas.

He caído rendida

observando mi figura

proyectada en el techo

sin haber sentido

al otro

indispensable

¿entonces que será

querer?

será:

contemplar

o

¿aprender a desabrochar botones

sin sentirlos unidos a los ojales?

Wednesday, October 11, 2006

Conservar / o Todo el mundo está expuesto a pequeñas cantidades de formaldehído en el aire



La foto de mi hermana,
ella
recién lavada la cara en el baño del mall
tratando de parecer menos estridente,

pensará quién mire la foto en oficinas
enanas donde apenas se trabaja,
y sólo se agota la gente que vaga allí.

Bienestares estudiantes
inútiles que dan su sol cuando la gente como una
se echa un ramo y todo el yugo del trabajo
mal pagado estudiantil se viene.

Más abajo,
en el álbum rosa
que conserva puras fotos carné
en colores (bastante adelantadas para la época)

cómo decía mi madre
q.e.p.d.

Están los rostros de muchos
familiares casi olvidados
eso si por mi
por lo menos

o sea quién hizo está colección
los recordaba
echando una mirada
y antes de que le preguntara me decía
es tal o cual.

Navidad 1997
q.e.p.d.
no sabía que hacer para
recordar esta fecha porque ella se iba,
entonces decidió
jugar a que adivinaran
los nombres del álbum

y cómo sabía que ella ganaría siempre
decidió buscar en esos dos días
que quedaban para los regalos
fotos de rostros
que todos conocieran
en casa.


q.e.p.d.
miró revistas
hurgó en los closets
se paseó entre los rostros de las cajas de leche,
visitó el orfanato,
logró caras parecidas a las de su hija pequeña
a los de la mayor
y a los del padre-progenitor
en distintas edades de las vidas de ellos,
quizá una por año
exceptuando los bisiestos.

Ese día el regalo fue estupendo
todos adivinábamos
madre reía,
decía
¡sí!
miraba las inscripciones
que ella misma había hecho detrás
de las láminas
¡excelente! ¡correcto a la edad de 8 años!

Thursday, August 17, 2006

Redención ante Tú santo mío


Si estuvieras acá
no escucharía nada
no vería sombras imaginarias.

Si me quedará allá
estaría alejada de todo esto
expuesto por pleitesía al miedo
con la maldad infinita,
porque acá me inclino a soportar
quién me asusta
volviendo hastío hasta
las razones
más ordenadas.

Por eso bajo el rostro y
colocándome frente
a una aureola hecha de rama,
oro:

Creo

en considerarte

trozo mío.

Y te huyo por eso

solamente espero alcanzarnos

dentro del pensamiento

que se basa en ti.


Levanto el mentón
Miro al horizonte elevando la mano derecha:
repito tres veces: seguridad sagrada,

seguridad sagrada

seguridad sagrada.

Pedazo de espermatozoide roto
te sugiero una espera
durmiendo en mi matriz corrugada,
y ya sabes
los chanchitos de tierra vueltos bolitas
rodeando la vasija,
logrando correr sobre ella
caerán al vacío
mientras resuenen, mientras haya sino
de vida te estaré aún cobijando,
pensando engendrar
para expulsar
será un cambio de protección por fe.

Saturday, August 12, 2006

El ruido de fondo me ensordece

Me han estado dando ganas de hacer cosas tipo Amelié, pareciera que la rutina tiende a pervertir las ideas a medianoche, sobretodo cuando me obligo a ir a la cama y dormir, es que por lo general no siento el suficiente sueño para ello, aquietándome sólo con la búsqueda de una actividad, cualquiera sea, agotando así las energías del día y bueno ayer no fue la excepción, pero tuve serios problemas en hacer lo de siempre, porque estaba en casa de una amiga, lejos del espacio mío.

Por eso debí echar mano a los recuerdos, empecé a recorrer de a pocos los momentos que se me vinieran a la memoria, y no encontré más que a Pril sonriendo, y allí estaba yo, grabándole los ruidos de la casa donde vivía hace tres años atrás y a la vez pensaba en su rostro cuando los escuchara en su reproductor.

En cambio, en la habitación donde pasaría la noche sólo se escuchaba el mar, el ruido era envolvente y sin necesidad de concentrarme en ello para escucharlo, lo cual sí debo hacer en la casa que arrendé en esta ciudad, ese sonido aquieta, volviéndome vulnerable al descanso, pero cierro los ojos y parece tan poco lo sucedido desde ese tiempo de Pril, él es central en cómo me siento ahora. Pienso, cómo me gustaría poder golpear nuevamente alguna puerta de las que tomo todos los días, en abrir los cajones, en hacerle transmisible el ruido del refrigerador, del ventilador del pc, de los sonidos de la película de turno, ¿cómo sería poder regresar a hacer lo mismo, pero como soy ahora?, y hacerle recorrer cada uno de los espacios desconocidos para Pril.

Tiendo a sentir melancolía de vez en vez me digo, auto convenciendo mi sensación de dificultad frente al olvido, entonces para poder caer en el sueño estático regreso sobre unos minutos atrás mientras con Analía mirábamos el mar, yo hablándole de las arrugas de mi rostro y cuello, intercalando pedazos de fantasías sobre las premoniciones de vivir en este lugar, pero no me es suficiente colocar un recuerdo sobre otro, Pril se aparece de nuevo y su voz dulce detrás del auricular reconociendo emoción sobre la grabación que le había enviado por correo, su afección me la traspasaba tan bien, ¿cómo fue todo aquello Ann?, me autopregunto quedando triste por un momento, y los pensamientos tendientes a racionalizar todo se aparecen a la orden del insomnio.

Voy al baño, al sentarme en el W.C. tomo una revista naturista, a la cual está suscrita Analía, leo sobre la desintoxicación del cuerpo y siento importante escuchar música en estos momentos, pero en este baño no hay reproductores ni están mis canciones favoritas para no pensar, reconozco que estoy huyendo, lo cual es normal dicen cuando uno tiene insomnio, entonces mejor regreso a la cama, a la cual llego revolcándome ruidosamente. Ese sonido no hace más que hacerme ir a donde vivía, un lugar pequeño como una casa en miniatura, claustrofóbica, fría, blanca por todas partes, camaleónica porque se volvía de un color gris por las noches, añeja pero de todas formas querible, era una especie de laberinto extraño, porque de verdad fui descubriendo en ella sus sectores, haciéndolo de a poco, en los escasos meses que la ocupé, tanto así que siento una necesidad tremenda de estar de nuevo viviendo en ese tiempo.

Es raro pero la angustia empezó en ese momento a apoderarse de mis ideas es que tan sólo creer en el traspaso de los momentos recordados hacía algo asible me hacía sentir la cruel innecesidad de no atentar contra el pasado, impidiendo asumir haberlos vivido para escribirlos, así solamente iba a expresar una frustración, la de no lograr poder cambiar los recuerdos repasándolos sin sentido alguno al momento de transformarlos en palabras.

Por eso, cuando llegué donde arriendo comencé a cuestionarme todas las vivencias, y hacer cosas tipo Amelié también, porque no sirven si no es para metarecordar, o sea simplemente hacer algo que concientemente se transformará en recuerdo, eso es tan aburrido pienso, porque es una forma de control de cómo he vivido, entonces siento mucho los regalos que les hice a Pril, todos absolutamente cada uno los pensé de esa forma, bueno siempre lo he sabido, soy una maldita egoísta pensando sólo en cómo la vida la puedo guardar mientras la voy viviendo así simulada, media actuada, quizá hasta falsamente, y a pesar de todo eso, lo sé bien aún lo tengo presente en no se dónde, porque quizá dónde van a parar las sensaciones del pasado, de allí rescato a Pril, presente en primer plano, con su mechón azul de veinte años, delgado, con su pestañeo rápido (un tic marcado desde los siete años), esperándome adentro del vagón de trenes detenido en una estación demolida hace años, llamada Corvi, y yo corro, corro rápido, porque me arranco de mi familia, subo y Pril va dentro, cuando cambiemos de carro en ese lugar que es como un pasadizo mágico al vaivén del viaje nos miraremos sin saber cómo todo sucedió para habernos por fin encontrado.

Wednesday, June 14, 2006

Bosquejos de trazos inconstantes

Es de mañana a lo lejos se ve el colegio, mi padre me lleva de la mano y nos disponemos a que él me deje en el lugar que me espanta por estar lleno de niñas a las cuales le soy una impertinente y no en el sentido de que yo las moleste a ellas, sino que parecieran ocuparme como el ejemplo para dar cuenta de todos sus sentimientos de angustia y rabia, o sea yo parezco una niña-especie, la cual debería retirarse para dejar de estorbar la buena filiación entre ellas, entonces antes de que me deje allí por una nueva repetida vez me dispongo a hacer algo para recordar aquella mañana de mes otoñal, a papá le pido unos lápices de colores que acababan de salir al mercado y por suerte acaban de llegar al bazar del fondo de la calle donde está el colegio que me parecía de una arquitectura bonita, de madera, color plomo, lo cual hasta hoy lo recuerdo como si estuviera en una impresión tipo iglesia de postal europea, para mi gusto.

Así, la idea de dejar marcado en mis recuerdos alguna de todas esas mañana va tomando forma, mi padre accede y vamos, y compramos la cajita de seis colores de lápices de forma hexagonal, cuando pienso en ello, lo rememoro de una forma muy vívida, paso a paso veo cómo saqué del estuche los lápices y los coloqué en el cuaderno para imitar el dibujo que traía en la caja, era una máquina de tren a vapor y la parte del humo venía recortada, entonces el humo era del color de los seis lápices, recuerdo bien cómo me regocijaba en ese pequeño detalle, lo observé absorta solo con la idea de reproducirlo con la mayor perfección posible, pero mi plan fue interrumpido por la profesora, que se enoja abruptamente frente a mi indiferencia para con ella, porque en repetidas alzas de su voz e interrupción a su clase de biología me hace notar lo impertinente de mi conducta, me amenaza con dejarme fuera de la sala, señala lo mal ejemplo que soy, a pesar de mi buen rendimiento, y yo allí en mi puesto, impertérrita frente a sus palabras, ¡claro está!, que había planeado esa actitud, la sentía como una especie de venganza guardada desde hace días, porque quería convertirme en quién le hiciera notar sus malos tratos hacia mi y las demás chicas, además de hacerle presente su incomprensión por no poseer talento para el basketball colocándome bajas notas en educación física.

Y a pesar de todas esas razones ocultas en mi en esos momentos, lo cual la profesora debió haber presentido, hasta ahora no entiendo muy bien de donde venía toda esa rabia demostrada por Miss Eugene, la verdad no me lo explico, su voz resonaba en desesperación, en enojo expulsado con tanta veracidad, que hasta parecía toda su existencia enfrascada en ello, quizá su neurosis era enfermedad de años y el que una alumna no le hiciera caso venía a aumentar sus síntomas solamente. A mi ya se me había dado la gana de molestarla, de no dejarla hacer clase y volverla cada vez más desquiciada de lo que acostumbraba a ser, entonces no le tomé en cuenta y continué con mi idea del día, era una única vez la que me estaba siendo dada, recordaría ese día para siempre, porque sospechaba que no volvería a irrumpir un diseño novedoso como ese en años tal vez.

Cuando su herida comenzó a supurar de rabia henchida dirige hacia mi rostro palabras de reto y diciéndome: -srta Palma, ¿porqué no me hace caso?, deje de dibujar y copie la materia del pizarrón, que si sigue con esa actitud la tendré que echar de la sala-, a estas palabras yo resuelvo decirle: porque se enoja si yo hago lo mismo que Ud., cuando no nos hace caso sí le pedimos ir al baño mientras estamos en clases, ud. no nos contesta nada, deja que nos hagamos pipi.

Cursaba primero básico y aquella sra baja y de pelo pajoso rubio se enojó muchísimo, de una forma grandilocuente, expulsaba aire por la nariz, realizando una respiración circular que le ahogaba, yo creo que esa clase le dejó mareada, la medida seguiente fue llamar a mis padres, para decirles lo mal que me comportaba, lo cual fue algo aún más divertido, porque mis padres encontraron muy original mi respuesta o bastante aguda para una niña de seis años, entonces no tomaron mucho en cuenta lo que ellas les decía, todo lo contrario nos volvía fuertes en torno a convertirnos en un bloque contra ella, recuerdo muy bien a mi padre decirme que íbamos a ir de noche a rayarle la citroneta a la profe. Era emocionante pensar en ir con mi padre a la casa de ella, con pasamontañas en las caras y clavos en las manos realizando dibujos en el capó de su auto, hasta quizá le dibujaría el tren que salía en la cajita, mi padre le escribiría groserías y luego cuando me fuera a dejar al colegio nos reiríamos de ella.

Al repasar aquellas imágenes, creo haberlas conservado debido a la idea tozuda de ocuparlas algún día de una forma con la cual les devolviera su razón para haberlas vivido, dejándolas quietas y acomodadas, ocupando lo sucedido sin de verdad habérmelo propuesto con tanto ánimo cuando sucedió, es que esos días eran rutinarios, y todos los años los he sentido enfrascada en un ordenamiento individualista, porque tiendo constantemente a no encajar y a sumergirme en la clase de conductas que podré dejarlas marcadas en un tiempo muy después de haberlas vivenciado, lo que me ha llevado a distintos lugares sin la claridad de saber lo que quiero o no de mi, sólo con esas ganas de recordar hechos para contarlos ya sea recordando o frente a nuevas personas con las que me encontraré y de a poco, les podré ir encantando para llevarlos a mi lado y si son hombres, se acostarán conmigo calmando mi sed de compañía y si son mujeres se fascinarán con mis palabras y bailaremos juntas cuando nadie quiera salir a la pista.

Friday, June 09, 2006

Continuidad de mi chica predilecta

Giovanna era mi lugar seguro a la edad de diez años, nos veíamos todos los fines de semana, no se bien como no me aburría de ir a verle y pasearnos horas por su lindo patio, recuerdo que era amplio hacia los costados, yo lo asociaba a Alicia en el país de las maravillas, pensaba que en cualquier momento Giovanna sacaría un conejo de entre medio de las plantas, pero ella no necesitaba de esas cosas para hacerme sentir como en un lugar como el del libro o en su defecto la película, era agradable el sólo hecho que me dieran permiso de ir donde ella, se me exacerbaban los sentidos creo.
En casa sentía cierto encierro abrumador que me apesadumbraba ya de niña, era el idealismo de las cosas como “todos las viven”, o de que el mundo debía ser así o asá, bueno cosas de niña, dolores pasajeros que presentí hondos en la adolescencia, entonces en esos días de Giovanna, con ella no había, no quedaba espacio para la angustia infantil que me perseguía y como consecuencia no disfrutaba de lo hermoso, porque hasta en fotos de esa época salgo con el ceño fruncido y sospecho que reclamando internamente por qué ciertas cosas eran de una forma y no de otra.
Es curioso como Giovanna me calmaba, porque era la chica que yo quería ser, pero tal vez sentía improbable esa conversión de mi parte, en vista de lo silenciosa, imaginativa, ensimismada, errática de mi forma de ser infantil, o sea sentía lo poco que avanzaba de acuerdo a todas las expectativas que colocaba en mi, me exigía y lloraba mucho, porque nunca lo conseguía, bueno todo esto antes de Giovanna, ella vino a consolarme sin que se lo propusiera con sus simples ocurrencias llenaba los vacíos acumulados por esos pocos años vividos, aunque yo en un acto de obsesión fatal y que volvían a esos pocos años, un ciento de datos acumulados (digo esto, porque después no hallaba cómo dejar de hacerlo), es que al terminar al año, cuando todos disfrutaban de la fiesta, yo repasaba la lista del curso en el que había estado recordando nombres y apellidos, lugares donde vivían, diferencias en sus uniformes, tics, etc., pero eso lo hice sólo hasta cuando logré entretenerme y eso fue con Giovanna, quizá busco explicaciones para traerla de vuelta, porque inclusive tengo una foto de ella, pero no le hace mérito, es que tenía unas hermosas en la casa donde vivía con sus padres, nunca me atreví a tocarlas, no podía sospecharse sobre mis inclinaciones hacia ella, sabía del alejamiento obligado que debía simular, creo que leí algo de ello en el Ridest Digest, aunque no poseía conciencia moral ni nada, pero son como las improntas que ya vienen demarcadas.
Aunque yo siempre creía evidenciarme más de lo necesario, porque esa niñita terminaba por superar todas mis expectativas siempre, por recrear mejor de lo que suponía el sabor de un helado de frambuesa, quizá antes de Giovanna yo era una niña-salvaje (en un sentido post moderno latino) y luego de ella, he podido reencontrar de a pocos eso que se pierde luego de cada dolor de herida, de supuración y trozos de piel degenerada.

Friday, May 12, 2006

Carcomer


Es que nunca te he sentido perdido todo,
espero que me busques
que me armes de nuevo
el cuadrilátero de toalla
que acostumbramos a oler
y contiene las exudaciones.

Te exclamo de noche
cuando siento
lo del movimiento
circular debajo de mi,
quizá deba sostener más el pedazo de mi cuerpo
que me hace sentir eso.

Espero y trátame
como trocito, te estoy,
anotando siempre
siempre en lista
fucsia, acallada con plomo fluorescente.

Sabes, durante este invierno acontece
corroerme,
es esperar: sólo proceso
¡acabamos la sensación!
me es imperioso nada más
carraspera
y sueños megalómanos.

Pero siempre nos terminamos juntando con los que saltan sobre la cama
y nos sentencian a dejar las toallas,
nos hacen cambiar de costumbres, las cuales no nos agradan nunca,
nunca nos sometemos: ellos no han logrado bien
los preparados para nosotros.

Simplemente les repito:
nos limpiamos el rostro con la angustia del calor
de ciudad encerrada y con todo lo que traemos encima,
es que ni sabrán como nos distraemos,
y ellos tratarán de requisar nuestras toallas blancas cuando
de nuevo nos las pidan y digan
¡esas son de vieja costumbre!,
y nosotros nos amarremos a ellas
y nos ayudaremos en absorber
todo lo agradado en días sin vernos,
mientras prepararemos más,
siempre habrá más líquido-crema.


Eres al que prometo el intercambio,
y definitivamente obcecarme en no quererlos a ellos.

Te espero frente al edificio curvilíneo
en el pasadizo heladito
sola
y con el botín debajo de la falda
hecha sudoración
hecha hedor
lista para que coloques tus brazos cuadrados
y me los incrustes,
hasta cuando el dolor
vuelva sobre el cansancio
y despierte casi en penumbra
con tulipanes en las manos,
la boca abierta, y un color a lo lejos
reluces, reluces.

Pienso,
¿traerás las yemas de los dedos rotas?
si es así, considero la oxidación
entre:
el sudor,
el frotarse,
el volverme café
y colocas por fin
el resto de ácido
para el definitivo cambio a líquido,
las toallas se empapan y chorrean.

EL RECUADRO
DONDE NOS TENDREMOS.
DONDE NOS CALCAREMOS
DE TODO:
NOMBRES,
GUSTOS,
SEUDÓNIMOS esta formado y por ello,
insistiría en guardarnos en la caja de lata
debajo del lugar inventado,
allí te volvería de lo que me desgasta
y te tendría,
lograrías hacerte
corrosión mía.

Saturday, April 22, 2006

La felicidad de las niñas

A Giovanna Bahamondes, la admiré desde que llegó al curso, ¡era soberbia!, se colocaba la ropa más linda, usaba el corte de pelo tipo payaso chocopandero que yo nunca hubiese podido pedirle a mi mamá, es que nunca me lo hubiese dejado usar. Ella fue la primera niña que me gustó, porque siempre hacía y tenía todo, la envidiaba e idolatraba, le hacía caso, quería conocer a su familia, por eso me colé en su cumpleaños, la verdad es que podía ir el que quisiera, pero mi madre tenía una especie de fobia social, eso me permitía ir sólo a los cumple de los hijos de sus amigas, porque no se hallaba esperándome en casas ajenas.

Pero logré estar en casa de Giovanna, por fin conocería su pieza, sus juguetes, y era como me lo imaginaba, ella no mentía, además tenían todo el chocolate imaginado, aunque yo me concentraba en las cerezas de la torta, porque aún cuando me tocara sólo una, deseaba que me la colocara en la boca. Todavía la recuerdo en ese cumpleaños de siete, al momento de soplar sobre la vela, su cabello castaño enfundado en su bello corte de pelo se movió hacia atrás y quedaron sus ojos almendrados muy abiertos, para luego soplar denuevo a la vez que los cerraba y volvían así a su posición de rutina, al momento de apagar la gran vela-ratita que estaba en el centro de la torta, y justo debajo un marrasquino rojo, bello.

La repartija del pastel fue poco equitativa y yo sólo quería hablar con ella, decirle que me regalara una cereza siquiera, pero tuve que conformarme con una perlitas plateadas que traía el pedazo que me tocó. Giovanna después de todas las formalidades estaba aburrida, demasiado exigida creo, entonces nos llevó a un lugar donde solía jugar sola, porque no tenía hermanos y nos dijo que ella nos haría sus hijas y que debíamos hacer como si ella fuera nuestra madre, abrió su linda blusa rosada de encaje de niña, nos dijo: beban.

Mi madre en el living, conversaba y se aburría por dentro con Odette y Catherine dos madres igual de jóvenes que ella, estaban por los veinticinco.

Sunday, April 09, 2006

Soy domadora


Cuando la angustia
a una la trata de ocupar
te veo por ahí,
y siento que es deber burlarme.

Me escabullo
te vuelvo pendejo punk.
Subes a mi altillo.

sabes que puedes sacar lo que quieras del refri

te intimidan mis señales, te hago trizas,
comes mientras.

sabes que puedes sacar lo que quieras del refri

símbolo es cualquier cosa usada como cuchillo
se ocupa
da vueltas
en la carne, y arde, arde.

sabes que puedes sacar lo que quieras del refri

menciono a los del centro
y veo tus ojos queriendo huir definitivamente.

sabes que puedes sacar lo que desees del refri.

te abro el pantalón
y lo coloco en mi boca
muerdo, muerdo
ocupo el símbolo.

sabes que todo lo del refri puede ser engullido por tu boca

exhalo, siempre vaho
es mañana, hay neblina,
abrimos las ventanas,
dejas de comer.
Acordamos mañana denuevo.

sabes lograríamos devolver todo con purgas matinales,
quedamos de acuerdo,
será una temporada.

Anhelo para los dos y quietud para mí.

Sunday, March 19, 2006

ODIOS


Creo que me había convencido

de que tú eras mi perro personal

ODIO I

La sumisión: Tú el imbécil de siempre

Es decir, si yo te llamaba

venías,

pero esta clase de mascotas

se aburren luego,

entonces sacan los dientes

comienzan a copiar

las mañas del amo.

O sea se van transformando

de a poco

en su propio amo.

Así,

te atreviste

a mostrar tus dientes,

raídos

de tanta pelea pasada,

y me asustas

con esos dientes de perro que tienes

ODIO II

Dientes horribles: Falta de buen alimento

Y en tu cara

se ve ironía

ODIO III

La Ironía: Palabra no existente para ti

Sí, tú quieres paz

de esa, de la cual dices

tener tanta y en abundancia.

Lamento decirlo,

aprendiste bien,

recuerdas a la perfección

(a tu pesar ¡claro!)

¿y quieres saber?

no es paz lo que exudas.

Y aunque lo quieras,

ya no puedes retomar

a tu ser,

ser tan idiota como antes.

Ahora lo único que nos queda

es salirnos de las apuestas

o la pelea se va a acabar antes

y vamos a quedar

con heridas

que tendrán formas

demasiado parecidas

entre las cicatrices

tuyas y las mías

Y yo ya no quiero

que ni en eso

te parezcas más a mí.

ODIO IV

Desvalorízate a ti mismo

Como siempre has acostumbrado

hacer

PD: ODIO V

Las matemáticas

¿Por qué yo la dominante?

y ¿tú el sumiso?

¿Por qué el – se transforma en +?

(- + - = +)

y yo te cambié,

pero no tengo la culpa

fueron los signos

tu naturaleza es así,

y también la mía.

Maldito conjunto Z

¡si no existieras!

No habría signos,

todos seríamos

naturales.

Maldito conjunto Z

¡si no existieras!

No habría signos,

todos seríamos

naturales.

Sunday, March 12, 2006

La historia sigue continuando con…

Ha pasado algo de tiempo desde esa noche de fin de año, de la cual pareciera que no me quedan más que los destellos luminosos de los fuegos de artificio reflejados por el mar en mis recuerdos tolerados en pro de la típica estabilidad que a una le recomiendan a esta edad. Lo cual fue totalmente inesperado, porque para ese día todos los pronósticos se basaban en que no había dinero para la realización de ese espectáculo este año, entonces llegaron de sorpresa y tuvieron una menor duración que en otras ocasiones, por eso sentí lo agradable de la ilusión cumplida cuando nadie esperaba nada. Pero lo demás fueron los últimos instantes de la vanidad de realizar la perfomance sexual-erótica que consideraba entregar por excelencia. En los instante que marcaba el minutero del reloj más allá de las 12:00 AM quizá con diez minutos a su haber, me levanté desnuda y con el frío apoderándose de mi cuerpo por partes, llegando sola hasta el balcón y con Apablazar quedándose recostado sonriente, sudoroso, apretando sus párpados, mientras yo cinco metros más allá de su escena, me extasiaba con el lujo pirotécnico estrujado de las escuálidas arcas municipales de esa localidad. Creo hasta haber sentido cómo la ciudad exclamaba de la alegría espontánea, yo sonreía, pero sentía la falta de orgasmos para terminar esta noche ya convertida en madrugada.

Y ¡como no!, esas luces que caían al mar, me daba el gusto de interpretarlas como promisorias esperanzas de lograr mis cometidos, podían estar anticipando agobiantes, sofocantes e interminables eyaculaciones mutuas, que consideraba necesarias de venir y corrí, corrí rápido los cinco metros que me separaban de Apablazar, como si para llegar a lo deseado hubiese sido necesario mirarlo a los ojos en el preciso momento que observaba los destellos caer sobres las rocas espumosas, excitada con la idea de que continuáramos las penetraciones realizadas hasta unos minutos antes del comienzo de las luces en el cielo, pero no fue así, llegué a su lado, y con tanto ruido él estaba en pie, luego sabría que no había sido el bullicio lo que le había llevado a este acto, se cepillaba los dientes y al son del ronronear de la cabeza eléctrica, me trataba de explicar lo aburrido de este fin de año e insistía por enésima vez en una frase tan sobre usada por él desde el paseo por el borde costero, quizá la usaba con el fin de no pensar algo nuevo.

Reclamaba, mientras le caía espuma al mentón, balbuceando que echaba de menos las mega fiestas, sentí que le importaba nada mi presencia, y como él también, me era prescindible, porque nunca llegué a apreciarlo como para tomarle enserio, como por ejemplo: si le hubiese considerado por lo menos una pieza a la cual sostenerme cuando necesito encontrar aliento para enfrentar las emociones diarias a las cuales constantemente rehuyo, y menos aún lo había incluido en alguna de mis rutinas, nunca le pensé al momento de levantarme, de trabajar, o al disfrutar mundanamente de dormir.

Por eso decirle algo a su berrinche de fin de año, era exacerbar su lugar en mis ecuaciones, quizá si lo hubiese llegado a por lo menos considerar como un paréntesis cuadrado, que sirve para separar las operaciones tácticas por solucionar a diario, en donde su lugar se relaciona con guiar sobre el orden a seguir en torno a ciertos asuntos, es que si esa especie de unión hubiese existido no habría quedado con tanta extrañeza ante la forma que escogió para dejarme, ésta la sacó desde un grupo mínimo de acotadas opciones que seguramente, no pensó al momento de actuar en cuál era la más adecuada para ese escape.

Se bebió el resto del enjuague bucal rojo (escogió el que no arde), se acercó, y yo arrodillada en la cama le observaba, esperando por sus próximos movimientos. Mientras las explicaciones bobas de los sexólogos se me venían a la cabeza, yo estaba comenzando a excitarme y él ya había concluido con todo, salió por la ventana hacia el balcón, escogió el camino corto para irse, casi ni movió la corredera, yo le había dejado el espacio justo para salir sin esfuerzos de último momento, me daba cuenta que le había dejado la ruta trazada, cuando él ya estaba fuera, dejándome las mejillas impregnadas al sabor de berries del enjuague indoloro, no se fue sin antes que nos besáramos protegiéndonos de las bacterias bucales.

Friday, March 10, 2006

Soy rasguñadora


He estado esperando

en vano

que se quiebren las uñas

están carcomidas

Hacemos dietas de vitamina A

acá nos crecen mucho

hacia arriba,

y los costados

que se van llenando de cueritos

las manchitas blancas

se vuelven

círculos como botones

¿servirán para raer

un pene?

los bordes

irregulares

zigzageantes

para lograr cosquillas

paralizantes

Están listas

para apretar

uno.

Saturday, February 25, 2006

Soy Succionadora

Al estar
uno
sobre
otro
se completa el espacio
que sobra en este lugar.

Plagio
la situación
la dispongo
al alcance de mi deseo
y se iluminan los cuerpos
sobre todo
sus huequitos
¡hasta en este cuarto de segunda!
es el espectáculo de la vaginetración.

el rostro enjuagado
de regreso
el pene erecto
frente a la boca

absorbiéndolo un poco
pregunta:
¿sería bueno decir
lo mínimo de la extensión?

daría lo mismo

de nuevo
chupándose
deslizando dentaduras

asimilando las postizas
se presiente el asco,
el vómito
vena hinchada
eyaculación pronta

dientes falsos
semen corriendo
entre el gel que sostiene las piezas

mientras absorbe
repito
no son falsos,
no ha habido cerámica.

El semen corre,
entra,
se consume
por la garganta,
llega al estómago

Thursday, February 23, 2006

Soy Pervertida

es igual o más suci@ que yo
es obsceno
con los consoladores psicodélicos
de virgen maría

agradece mis ideaciones
estima las intenciones
gente en la calle
nos hace oral

y por supuesto
ha sabido
siempre
de las tribulaciones
de la obsesión

el algodón
rosado,
rearma los cuerpos
las pelvis,
se mueven.

mi vestido
era con azucar
confitada.

Continuidad de la historia que tiene que ver con:


El animal de la imagen es una especie de peluche B, que aquel fin de año nos acompañó y fue parte de los errores. Aquel día en que caminé por la playa con esos pequeños fuegos de artificio en las manos, que en el norte les decimos estrellitas, eran delgadas varitas que se daban vuelta en forma circular y chispeaban por la punta, aquellos destellos decía el tipo con el estaba, se asemejaba a cuan felices éramos en ese momento, yo no opinaba lo mismo. Pero no debo pasar por alto, lo emocionados que estábamos, aullábamos mucho cuando veíamos el color deslumbrante y brillante de la pólvora quemándose, en todo caso eso fue el año antepasado.
Es que volvimos al mismo lugar, buscando lo mismo durante este último día del año, y me di cuenta que lo de nosotros puntuaba para un error primigenio, y esa estadía sólo era el comienzo de la desencadenación maléfica de los múltiples malestares que vendrían.
Esto ya lo expliqué: me gusta ser centro de atención sexual, y ese día llegó la obsesión al tope de lo soportable, enfrascándome en una espiral de ambición errática, es que me ponía muy ansiosa pensar que podía obtener tal o cual respuesta de él sobre mi actitud. Y por lo general esa angustia casi siempre lograba llevarme a vagar de un lado a otro de la habitación, murmurando nuevos movimientos, esperando dificultosamente a que llegara la ocasión, a que me llamara de nuevo, logrando encajarnos una vez por mes, lo cual aprovechaba para actuar y deslumbrar con la “actitud sexual”, con mi arrojo cómplice y totalmente dominante sobre el sexo.Justamente esa prueba-presión atraía a mi cuerpo a buscarlo siempre, pero cuando él me llamaba, eso sí, es que debía fingir ser bestia, para que él fuera amo, recuerdo esa exquisita sensación de bilis en el estómago. Me colocaba nerviosa, le obligaba a besar a mi marmota (la de la foto) y me colocaba muy ansiosa, llegando a la náusea, pero ese último día, y por culpa de los fuegos, la angustia se retiró, reencontrándola hace unos diez días, con una diferencia, eso si, ahora me consumo en la tarea de hacer intentos en vano por alejarme de quién la calma:

Wednesday, February 22, 2006

Soy mitómana

He esperado
este mal
¡cuantos días!
el sol me nubla las desesperanzas
siento que viajo
brillo
con alusiones de paradas locales
y miento
cuando preguntan el número de amantes
que tengo
tuve
tendría
son números
casi impares
si porque no se doblan
son extraídos de los tiesos
y tullidos
que escondo
remito
remito
dicen los mensajes que son colocados desde
la interpol celestial

Tuesday, February 21, 2006

La historia, tiene que ver con:


1.- Los fuegos de artificio

Días de incomodidad, los que siguieron al que comentaré.
El día de fin de año fue exquisitamente grato en sexo, aunque de lo que siguió no puedo decir igual, tuve varios orgasmos, y para el chico que estuvo conmigo no fui su centro, y quizá yo no lo quería así realmente, porque o sino no hay otra forma de explicar el asunto, es que yo sólo me sentía bien con él cuando me decía cuán ganadoras eran mis perfomances, aunque siempre me he sentido buena para “culiarlos”, y él constantemente me lo recordaba, en el pasado eso sí, es que pensaba no decepcionar a nadie en esa área.
Y este fin de año fue la ocasión para ello, con el tipo con el que me lucía por esa época, casi por puro divertimiento, añadiendo cada vez más ego a mi gran reservorio de seguridad, porque colocaba unos gestos en su rostro, difíciles de reproducir, llegando hasta hacerle extraer de su garganta sonidos confusos, que eran como pequeños aullidos sobretodo cuando le hacía preguntas sobre como era lo que había pasado en la piscina hoy, parecía dejarle sin aliento.
En ese estado él me hacía sentir más que buena siendo especie de punto de comparación para cuando vuelva a estar con otras...


Nota: Dejo en claro que los puntos suspensivos no significan que no sé más que decir, sino que es una historia por entregas, porque ahora con esta prostitución de los suspensivos todos los usamos con cualquier excusa.

Soy chillona

soy chillona dicen,
los que tienden a la agudeza,
los que han estudiado el fenómeno,
mientras yo continuo
al medio de la plaza
enorme
chillando
y por sobretodo conteniendo los peores alaridos,
es que no los sacaré de mi garganta,
eso lo repito constantemente
esperaré, esperaré

como el lobo de los tres chanchitos
sopló y sopló
y
no dejo de pensar
que un día veré
los rostros
(de los que me estudian),
reventados
con los oídos
sangrantes
y purulentos.