
Es lo de querer arrancarse
a un museo
sentir ese ambiente
frío
pétreo
oscuro e intensamente envolvente
es no tenerlo
es padecer
por ya no haberse transformado
en hormigón muerto.
La luz
de un valle
de una ciudad
donde caen los rayos oblicuos
encima
se padece
se arrastran los pies tambaleándose
enfrentando la angst
es que no hay salas
donde resguardarse
sólo inmensas pampas de pasto amarillo
o forúnculos que romper con las uñas,
dejarlos supurar
e infectar.
Se retoma el aliento
la brisa
entra a la garganta
firme aguarda
se aquieta adentro
e insiste poder,
entonces limpia, aquieta
renueva los colores.
Nunca quiso salvar
nunca esperó
sacarse del borde costero
Encierro de milenios.